El último de estos sueños fue una pesadilla, pero hasta entonces todos habían tenido una especie de sencillez surrealista. Cuando despertaba, sentía la necesidad de encender la luz para reconfirmar mi lugar en la realidad antes de volver a dormirme. ¿Sabéis cómo está el aire antes de una tormenta, cómo todo se queda quieto y los colores parecen cobrar el brillo de las cosas vistas durante un acceso febril?