Era uno de esos días en que está a punto de nevar y el aire esta cargado deelectricidad. Casi puedes oirlo, ¿verdad? Y esa bolsa estaba bailando conmigo, como un niño pidiéndome jugar. Durante quince minutos. Es el día en que descubrí que existe vida bajo las cosas, y una fuerza increíblemente benévola que me hacía comprender que no hay razón para tener miedo, jamás. A veces hay tantísima belleza en el mundo que siento que no lo aguanto, y que mi corazón se esta derrumbando.